Por fin el silencio, la tranquilidad…
Existen cosas que son tan sencillas pero de tanto valor!
El dia fue agotante, una montaña de papeles trata de sacarme de mis casillas a cada dia que pasa. El tráfico de la urbe destila lentamente mi paciencia y cuando llego a casa los niños tratan de alegrarme el dia contándome sus aventuras y enseñando los trabajos hechos. Aún que me hagan reír, aunque sean el sol de cada dia, falta en ellos lo que encuentro en ti.
Me hiciste la sorpresa y en este final de tarde me encontré a un hombre de pecho descubierto haciendo la cena, después de haber plegado la montaña de ropa que me esperaba. Ese arroz que solo tu sabes hacer, que delicio a los niños, esa pequeña velada en la terraza y ese gesto íntimo que me deja la piel de gallina. El dormir a los niños, el dedicarse a mi, el amor que me siento en ti, la forma como tranquilamente te duermes….
Todo eso es bueno, todo eso es una bendición, pero sin caer en ingratitud, el mejor momento de todos es este en que tumbó mi cabeza sobre tu pecho, velo tu sueño y oigo tu corazon latir…
La mejor banda sonora para poder dormir descansada.